Misa 4 de diciembre 2022
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO , el de la Conversión, enciende la vela verde
Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel.
Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto.
La humanidad entera se estremece
porque Dios se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes,
para que florezcas, para que nazcas
y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.
¡Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!
Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto.
La humanidad entera se estremece
porque Dios se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes,
para que florezcas, para que nazcas
y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.
¡Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!
Antífona: “Pueblo de Sión: mira al Señor que viene a salvar a todos los pueblos.
El Señor hará oír la majestad de su voz y os alegraréis de todo corazón”. Is 30, 19-30
El Señor hará oír la majestad de su voz y os alegraréis de todo corazón”. Is 30, 19-30