Misa 17 de octubre de 2021

Homilía XXIX Domingo del tiempo ordinario

  El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor

Papa Francisco: En el pasaje evangélico de este domingo, el Señor quiere instruir a sus discípulos sobre los eventos futuros. No se trata principalmente de un dis­ curso sobre el fin del mundo, sino que es una invitación a vivir bien el presente, a estar atentos y siempre preparados para cuando nos pidan cuentas de nuestra vida. Jesús dice que la historia de los pueblos y de los individuos tiene una meta y una meta que debe alcanzarse: el encuemro definitivo con el Señor. No sabemos el tiempo ni las formas en que sucederá; el Señor ha reiterado que «nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo ni el Hijo», Todo se guarda en el secreto del misterio del Padre.  Sin embargo, sabemos un principio fundamental  con el que debemos enfrentarnos: pasarán -dice Jesús- pero mis palabras no pasarán»».  El verdadero punto crucial es este. En ese día, cada uno de nosotros tendrá que entender si la  Palabra  del Hijo de Dios ha iluminado su existencia  personal, o si  le ha dado la espalda,  prefiriendo confiar en sus propias palabras. Será más que nunca el momento en el que nos abandonemos defini­ tivamente al amor del Padre y nos confiemos a su misericordia. i Nadie  puede escapar de este momento, ninguno de nosotros! La astucia, que a menudo utilizamos en nuestro comportamiento para avalar la  imagen que queremos ofrecer, será inútil; de la  misma manera, el poder del dinero y de los medios económicos con los que pretendemos, con presunción, que compramos todo y a todos, ya no se podrá utilizar.  No tendremos con nosotros nada más que lo que hemos logrado en esta vida creyendo en su Palabra: el todo y la nada  de lo que hemos vivido o dejado de hacer. Solo llevaremos con nosotros lo que hayamos dado {18-10-2018).