Misa 22 de noviembre 2020
Homilía XXXIV Domingo del tiempo ordinario
“ Venid vosotros, benditos de mi Padre ”
“En este último domingo del año litúrgico celebramos la solemnidad de Cristo Rey del Universo. La suya es una majestad de guia, de servicio y también una majestad que al final de los tiempos se afirmará como juicio. Hoy tenemos delante de nosotros al Cristo como rey, pastor y juez, que muestra los criterios de per tenencia al Reino de Dios. Aquí están los criterios 1. Después de haber vivido la existencia terrenal en humildad y pobreza, Jesús se presenta ahora en la gloria divina que le pertenece, rodeado por hileras de ángeles. Toda la humanidad está convocada frente a Él y Él ejercita su autoridad separando a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras.
- «En verdad os digo que cuanto hicisteis con uno de estos hermanos míos más pequeños, o mí me lo hicisteis». Esta palabra no termina nunca de conmocionarnos, porque nos revela que el amor de Dios le lleva a identificarse con nosotros, pero no cuando estamos bien, cuando estamos sanos y felices, no, sino cuando estamos necesitados. Y de este modo es condido Él se deja encontrar, nos tiende la mano como mendigo. Así Jesús revela el criterio decisivo de su juicio, es decir, el amor concreto por el prójimo en dificultad. Y así se revela el poder del amor, la majestad de Dios: solidario con quien sufre para suscitar por todas partes comportamientos y obras de misericordia.
- Al final de nuestra vida seremos juzgadas sobre el amor, es decir, sobre nuestro empeño concreto de amar y servir a Jesús en nuestros her manos más pequeños y necesitados. Aquel mendigo, aquel necesitado que tiende la mano es Jesús; aquel enfermo al que debo visitar es Jesús; aquel preso es Jesús; aquel hambriento es Jesús . Pensemos en esto
- Jesús vendrá al final de los tiempos para juzgar a todas las naciones , pero viene a nosotros cada día de muchos modos y nos pide acogerlo» PAPA FRANCISCO ( 26-11-2017)
”