Misa 29 de noviembre 2020
Homilía I Primer Domingo de Adviento. Ciclo B
“ Vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento ”
Hoy comenzamos el camino de Adviento, que culminará en la Navidad. El Adviento es el tiempo que se nos da para acoger al Señor que viene a nuestro encuentro, también para verificar nuestro deseo de Dios, para mirar hacia adelante y prepararnos para el regreso de Cristo. Él viene dentro de nosotros cada vez que estamos dispuestos a recibirlo, y vendrá de nuevo al final de los tiem pos «pa_ra juzgar a los vivos y a los muertos». Por eso debemos estar siempre alerta y esperar al Señor con la esperanza de encontrarlo. La liturgia de hoy nos habla precisa mente del sugestivo tema de la vigilia y de la espera. En el Evangelib Jesús nos exhorta a estar atentos y a vigilar a fin de estar listos para recibirlo en el momento del regreso. Nos dice: «Estad atentos, vigilad, pues no sabéis cuándo será el momento [… ] No sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos». La persona que está atenta es la que, en el ruido del mundo, no se deja llevar por la distracción o la superficialidad, sino que vive de modo pleno y consciente, con una preocupación dirigida en primer lugar a los demás. La persona vigilante es la que acoge la invitación a velar, es decir, a no dejarse abrumar por el sueño del desánimo, la falta de esperanza, la desilusión; y al mismo tiempo rechaza la llamada de tantas vanidades de las que está el mundo lleno y detrás de las cuales, a veces, se sacrifican tiempo y serenidad personal y familiar. Estar atentos y vigilantes son las premisas para no seguir deambulando fuera de los caminos del Señor, perdidos en nuestros pecados y nuestras infidelidades; estar atentos y alerta, son las condiciones para permitir a Dios irrumpir en nuestras vidas, para restituirle significado y valor con su presencia llena de bondad y de ternura (3·12-2017).PAPA FRANCISCO