Misa 8 de noviembre 2020
Homilía XXXII Domingo del tiempo ordinario
“ Velad, porque no sabéis el día ni la hora ”
En este domingo, el Evangelio nos indica las condiciones para entrar en el Reino de los cielos y lo hace con la parábola de las diez vírgenes: las jóvenes que estaban encargadas de acoger y acompañar al esposo en la ceremonia de boda y, como era costumbre’ celebrarla de noche, las mujeres estaban equipadas con lámparas. Cinco de estas vírgenes son prudentes y cinco son necias: las prudentes llevaron con ellas el aceite para las lámparas, mientras que las necias no lo llevaron. Jesús nos enseña que debemos permanecer preparados para el encuentro con Él: «Velad, porque no sabéis el día ni la hora». Velar no significa solamente no dormir, sino estar preparados. Se trata de no esperar al último momento de nuestra vida para colaborar con la gracia de Dios, sino de hacerlo ya ahora. Sería hermoso pensar un poco: un día será el último. Si fuera hoy, ¿cómo estoy preparado, preparada? Prepararse como si fuera el último día: esto hace bien. La lámpara es el símbolo de la fe que ilumina nues tra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta y hace fecunda y creíble la luz de la fe. La condición para estar listos para el encuentro con el Señor no es solo la fe, sino una vida cristiana rica en amor y caridad hacia el prójimo (12-11-2017). PAPA FRANCISCO